PAPEL DEL EDUCADOR SOCIAL EN CENTROS PENITENCIARÍOS.

Uno de los temas que más me ha gustado, sobre lo que han expuesto mis compañeras y compañeros de clase ha sido: EL PAPEL DEL EDUCADOR SOCIAL EN LOS CENTROS PENINTENCIARÍOS. Porque el papel del educador y como trabajan estas instituciones es algo que no tenía muy claro. También he tenido siempre la duda que plantean mis compañeras en su trabajo, si la cárcel es realmente una medida reeducadora o se trata de una medida punitiva para ejercer control. Esto me ha hecho recordar las clases en las que hablábamos sobre el positivismo y realismo, y la manera de atender a las situaciones que se salían de la “norma social” y a las personas que se quedaban también “fuera” de lo socialmente establecido.  Una vez más con la presentación del trabajo de mis compañeras, he reflexionado sobre las características y causas que les llevan a las personas a delinquir y los factores que intervienen, Por supuesto que en el tema de los reclusos, como en otros colectivos de situación de marginación social, el problema no es solo de la persona, sino también del medio, el entorno en el que se ha educado, los referentes educativos que ha tenido.  Como han expuesto mis compañeras, comparto la idea sobre que la prisión no es un buen lugar de intervención con ningún colectivo. Porque una persona privada de su libertad no va a poder responder a los estímulos que les facilite el educador social, como si estuviera en la calle. La cárcel después de lo que han expuesto mis compañeras, es un sistema punitivo, que en vez de integrar, desasocializa a la persona. Y la van estigmatización con unas etiquetas y una lacra que deberá llevar toda su vida. Sobre todo a la hora de su inserción laboral y su reinserción en la sociedad. Pienso que a veces el educador social está muy limitado por la institución en la que trabaje, así como en el medio en el que tenga que desarrollar su intervención. Ya que hay situaciones y espacios más favorables unos que otros.